Seguimos paseando por Roma. Dejamos el Coliseo y el Foro caminando por la Vía del Fori Imperiali, hasta llegar al monumento al Rey Vittorio Emanuelle, el cual recuerda al monarca como las acciones militares italianas en la primera guerra mundial. Desde acá, había que ver para donde seguíamos. Hay que asumir una cosa, Roma es una ciudad compleja, con más historia por kilómetro cuadrado que cualquier otra en el mundo. Más allá de que los italianos puedan parecer insufribles y que su comida es más que nada una excelente acción de marketing (para pastas y pizzas está Buenos Aires ), es de esas ciudades que merecen ser recorridas paso a paso. Después, con mi mujer decidimos ir hacia el Vaticano (aún estaba Benedicto XVI en las últimas de su pontificado y no estaba Francisco). Para ello decidimos caminar primero por la Vía de la Bottege Oscura (una calle de dos cuadras que se llama luego Vía Florida una calle de una cuadra), pata doblar por la Vía Argentina para llegar a una avenida i...