El último posteo fue en relación al viaje a Chile que realizamos con mi mujer, el cual iba a ser por unos pocos días, aprovechando el feriado de Carnaval existente en la Argentina.
Decidimos salir desde la Terminal de Liniers, dado que como habíamos mencionado antes, se pueden encontrar buenos precios y ofertas de último minuto.
Así fue, ya que cuando fuimos a preguntar por dos pasajes a Mendoza, encontramos dos pasajes en servicio cama con servicio de comida por el precio de un semi cama sin servicio (530 pesos argentinos por persona) en un ómnibus de la empresa Via Tac-El Mendocino, el cual pasaba a las 19:00 por Liniers, llegando con pocos minutos de retraso.
El viaje hasta Mendoza, fue tranquilo, sin mayores problemas, con una cena fría y caliente que superó las expectativas, las cuales, no eran muchas, dado que en los últimos meses, los precios de los autobuses en Argentina han subido mucho, pero disminuyendo la calidad de servicio.
A diferencia de la mayoría de los buses con servicio económico que hacen el viaje entre Buenos Aires y Mendoza, el autobús no tuvo muchas paradas, Morón, Moreno, Lujan, Villa Mercedes, San Luis y San Martín, ya en la Provincia de Mendoza.
Bus en que viajamos desde Buenos Aires hasta Mendoza |
A diferencia de la mayoría de los buses con servicio económico que hacen el viaje entre Buenos Aires y Mendoza, el autobús no tuvo muchas paradas, Morón, Moreno, Lujan, Villa Mercedes, San Luis y San Martín, ya en la Provincia de Mendoza.
San Luis, capital de la provincia del mismo nombre, famosa por las excentricidades arquitectónicas de sus gobernadores, posee un nuevo terminal de autobuses (llamados acá Terminal de Ómnibuses) la que cambió de ubicación, ya que la antigua se
encontraba en pleno centro de la ciudad y actualmente, esta ha sido situada al borde de la ruta 7, en la entrada este de la ciudad de San Luis.
encontraba en pleno centro de la ciudad y actualmente, esta ha sido situada al borde de la ruta 7, en la entrada este de la ciudad de San Luis.
Como muchas de las terminales inauguradas en Argentina, su tamaño no corresponde a las necesidades reales y de demanda, pero bueno, eso es otra historia para otro tipo de blog.
Llegamos a Mendoza, a la Terminal del Sol, un lugar cada vez más abandonado a su suerte, lleno de una variopinta fauna que hace que uno deba estar atento a no sufrir ningún robo o atraco. Pero por suerte, llegamos y encontramos un bus que salía hacía Viña del Mar casi de inmediato, nuestro destino final. Viajamos en uno de la compañía Andesmar, al cual le quedaban 3 o 4 asientos, así que encontramos dos en semi cama y prácticamente nos trepamos al bus.
Llegamos a Mendoza, a la Terminal del Sol, un lugar cada vez más abandonado a su suerte, lleno de una variopinta fauna que hace que uno deba estar atento a no sufrir ningún robo o atraco. Pero por suerte, llegamos y encontramos un bus que salía hacía Viña del Mar casi de inmediato, nuestro destino final. Viajamos en uno de la compañía Andesmar, al cual le quedaban 3 o 4 asientos, así que encontramos dos en semi cama y prácticamente nos trepamos al bus.
El viaje fue tranquilo hasta la aduana chilena de Los Libertadores, donde tuvimos que esperar hasta 3 horas para pasar el control migratorio y aduanero. Con respecto a los trámites, háganse la idea de que no es un trámite expedito, teniendo que esperar horas para salir de allí, puesto que los servicios aduaneros y fitosanitarios chilenos han sido concebidos de manera tal para amargarle la vida a los viajeros, es decir, si pueden hacerlo esperar más horas para pasar por el control de ellos, mejor para ellos.
Esta desidia por entregar un buen servicio contrasta con la imagen que los chilenos quieren dar en el exterior, esa de ser eficientes y que "funcionan" en relación a sus vecinos, demostrando que en relación a los servicios de atención a los turistas, los servicios aduaneros chilenos dejan mucho que desear.
Tras la espera, nos tocó salir con una fuerte tormenta eléctrica, bajando la cuesta de Caracoles (aquella que se encuentra en reparaciones), siendo un presagio de lo que vendría con el corte de la ruta en el lado argentino, la que significaría nuestro largo viaje de vuelta a casa.
A las 18:30 horas llegábamos a la Terminal de Buses (Rodoviario) de Viña del Mar, otro ejemplo de la desidia y de la falta de infraestructura que existe en Chile para recibir al turismo, tanto local como internacional. Bajándonos del bus y encontrándonos con los nuestros, terminaba el viaje de ida, pero ni idea sabíamos lo que tendríamos que viajar para volver a nuestra casa en Buenos Aires.
A las 18:30 horas llegábamos a la Terminal de Buses (Rodoviario) de Viña del Mar, otro ejemplo de la desidia y de la falta de infraestructura que existe en Chile para recibir al turismo, tanto local como internacional. Bajándonos del bus y encontrándonos con los nuestros, terminaba el viaje de ida, pero ni idea sabíamos lo que tendríamos que viajar para volver a nuestra casa en Buenos Aires.
Wow, la verdad que estaría muy lindo viajar allá, tantos paisajes para ver.
ResponderBorrarElisa