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Visitando la Acrópolis de Atenas

Partenón en  la Acrópolis de Atenas

El imperdible de cualquiera que ande por Atenas es ciertamente es visitar la Acrópolis. A lo largo de estas líneas te contamos como nos fue.

Tras un largo día de caminatas por la ciudad y su merecido descanso, tuvimos nuestro segundo despertar en Atenas. A diferencia del día anterior, nos tocó un día hermoso, soleado. Nadie diría que el día anterior literalmente nos estabamos cagando de frio. Pero por suerte no era el caso y derechamente era el día para poder ir a la Acrópolis de Atenas (Ακρόπολη Αθηνών)

Luego de tomar un café en el hotel (El Tempi Hotel no tiene desayuno pero posee una cocina, cafe, te y azucar disponibles para sus huespedes, los cuales los aprovechamos bastante bien), salimos en dirección para la Acrópolis. 

En camino hacia la Acrópolis de Atenas

Bordeamos el cerro donde se encuentra hasta llegar muy cerca de donde andábamos en el tour el día anterior,  es decir, al barrio de Plaka. 

Entre tanto deambulabamos sin mapa, al igual que el día anterior, además ¿quien nos apuraba? Sólo las ganas de llegar. Tanto le dimos vuelta a la zona de Plaka que finalmente encontramos una de las entradas para poder ingresar al complejo de la Acrópolis.

Entrada a la Acrópolis

Tras hacer una corta fila y rápido trámite de pago de la entrada (nos costó unos 10 euros, tarifa de temporada baja) pudimos entrar e ingresamos a la zona arquelógica de la Acrópolis de Atenas.

Ojo: Tanto el precio como la cantidad de gente eran una señal inequívoca de que estábamos visitándola en la temporada invernal. 

Entrada de ingreso para la Acropólis
Entrada para ingresar a la Acrópolis de Atenas

Tras pasar la entrada, inmediatamente empieza un sendero bastante bien señalizado, tanto en griego como en inglés, el cual nos llevará hasta la cima de la Acrópolis. 

Pero no se crea que la Acrópolis es un sólo edificio, el universalmente conocido Partenón (en griego moderno: Παρθενώνας) sino que es todo un complejo de edificios.

Caminando hacia la Acrópolis

En la Acrópolis hay una serie de templos como también edificaciones menores, construcciones de la época romana, un anfiteatro y otras construcciones  que hacían a la Acrópolis un importante complejo civico y religioso durante el apogeo ateniense (ss V Ac) hasta los romanos (III y IV DC). 

Luego. en la época Bizantina quedó algo relegado y luego tras la ocupación Otomana de 4 siglos, el Partenón convertido en un polvorín fue parcialmente destruido en un ataque veneciano en 1687.

Anfiteatro de Dionisio, Acrópolis de Atenas

En el siglo XIX, tras la independencia griega, británicos y otros europeos se llevaron partes del complejo de la Acrópolis, las cuales hoy se pueden ver en museos de Londres, París o Berlín. Más encima, en la segunda guerra mundial, los nazis también hicieron lo suyo. 

Por suerte desde hace algunas décadas, el gobierno griego y la Unesco han tratado de poder reconstruir algo del viejo esplendor del complejo y eso es lo que podemos ver hoy en día.

Odeón de Herodes Ático

Tras pasar por el Odeón de Herodes Ático (siglo II después de Cristo, época romana) el cual sigue usándose hasta el día de hoy, me fue inevitable acordarme de las clases de mi profesor de Castellano en la ya lejana enseñanza media, el ya fallecido Armando Labra, el cual nos hablaba  sobre el teatro griego de la idea del "Deux ex Machina" (en su original griego ἀπὸ μηχανῆς θεός/apò mēkhanês theós)

Vista del Anfiteatro de Herodes Ático

Esto era un recurso teatral donde alguien bajaba en una polea representando a Zeus o algún dios en un momento de una obra y cuya intervención solucionaba el embrollo principal de la trama de la obra que se representaba. Ver este teatro fue retrotraerme a sus clases.

Pero había que seguir recorriendo el complejo de la Acrópolis. Luego nos encontraríamos con el comienzo de la entrada al Partenón. Una alta escalera, el Propileos (Προπύλαια), el único acceso oeste que existe, nos daba la bienvenida al Partenón, que es claramente el corazón de la Acrópolis.

Propileos, Acrópolis de Atenas

Luego de subir los escalones del Propileos, nos topamos con lo que queda del Antiguo Templo de Atenea (Ιερό της Πολιάδος Αθηνάς), el Templo de Atenea Nike (Ναός Αθηνάς Νίκης) y del Erecteón (Ἐρέχθειον). 

De este último templo son conocidas las estatuas del Pórtico de las Cariátides, esas columnas en forma de mujer que son conocidas globalmente, ya que una de ellas está en el Museo Britanico y el resto en conservación y lo que uno ve son réplicas.

Pórtico de las Cariátides

Al encontrarme en frente de ellas, me acuerdo de cuando era niño cuando un tio mio volvió de trabajar de marinero en los barcos griegos (algo muy común en el Chile de los años 80) y nos mostró sus diapositivas de su recorrido y ahí aparecían las Cariátides, las cuales pensé en ese momento ¿Cuándo las voy a conocer?.  Pocos años después ese tio convence a mi papá a unirse en dichos barcos, el cual acepta y viaja a Grecia y en su periplo griego conoció la Acrópolis (luego se volvió a Chile dado que lo pagado no era lo prometido). 

Tras 38 años, su hijo (o sea yo) estaba acá en la Acrópolis. Este recorrido tal vez ha sido no sólo el visitar las ruinas de la Acrópolis y todo lo que significan para Occidente (y su versión pasada por agua que es Latinoamérica) sino que tiene un sabor familiar, tanto de mis clases en la media como del viaje aventurero de mi padre para ganarse el pan de mejor manera y que no terminó como el quiso. Me removieron muchas cosas ver las ruinas de la Acrópolis, mejor dicho, las del Partenón, las cuales ya las tenía en frente.

Costado del Partenón, Acrópolis

Ya habíamos llegado a la cima de la Acrópolis.  Cuantas cosas pasaban por nuestras cabezas (mi mujer estaba emocionada de estar acá) y a me acordaba de un montón de cosas. Ya, estábamos acá y disfrutemoslo. No todos los días venimos hasta el otro lado del mundo y teníamos en frente a un símbolo de muchas cosas que son parte de nuestra cultura (democracia, filosofía y toda una serie de cosas que partieron acá). 

Me van a saltar muchos latinoamericanistas e indianistas, pero ojo, no reniego para nada de nuestra raíz latinoamericana pero mucho de lo que somos, ya sea por rebote o inculcación por violencia simbólica viene desde acá y es bueno (si tienes la oportunidad) conocerlo y estar acá.

Vista de la Acrópolis

Al llegar hasta acá, empezó a salir un viento frio que nos recordaba que estábamos en el invierno europeo. 

No lo parecía, pero empezamos a cagarnos de frio, el cual nos invitaba a empezar a bajar del complejo de la Acrópolis, el cual empezamos a hacerlo lentamente y sin mayor apuro.

Partenón, Acrópolis de Atenas


Y así terminaba nuestra visita a la Acrópolis, la cual en mi caso me removió un montón de cosas, tal vez, los andamios de las obras de reconstrucción y conservación hicieron de Deux ex Machina en nuestra visita, dándole totalmente sentido a nuestro viaje a Atenas, la cual tras bajar de la Acrópolis la comenzamos de ver de manera diferente.

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