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Iquitos: entre el Amazonas y los mototaxis

Barrio Belén, Iquitos, Perú


Ya había llegado a Iquitos. 

Había llegado muy temprano en ferry navegando por el Amazonas desde Santa Rosa. Resumiendo el mismo, este fue un viaje donde dormí mas de la mitad del mismo. 

Al bajarme del barco, recién venía a caer que estaba en Iquitos, una ciudad que no es tán fácil llegar o salir, que solo hay carretera hasta Nauta y de ahí todo es por lancha o avión. Algo así como Leticia pero a una escala mayor.

Acá no me iba a internar en la selva, ni probar sustancias alucinogenas ni nada raro. Sólo iba a ser una escala en mi viaje hacia el sur que hasta ese momento no tenía claro cual sería mi ruta. 

Ubicación espacial de Iquitos en Perú
Ubicación espacial de Iquitos

Salir de acá ya lo vería en los siguientes días junto con el resto de lo que quedaba del viaje. Pero ya estaba en Iquitos y apenas saliendo del muelle de ENAPU, donde llegó el ferry, ya comienza lo que sería un clásico en Iquitos: negociar con los mototaxistas que pululan en una cantidad inusitada por ls calles de Iquitos. Ya que una de las particularidades de esta ciudad es que casi no hay taxis, por el contrario, está lleno de mototaxis.

Negociando precio con varios, logré viajar por 10 soles (2,80 USD) hasta mi alojamiento, ubicado en una plaza (Plaza Sargento Lores) a pocas cuadras del centro. A diferencia de los mototaxis que ves en Leticia, los que ves en Iquitos son mas toscos, ya que tienen un toldo detras de la moto, cual rickshaw y de esos hay un montón en la ciudad. Lo anterior te habla de la enorme precarización del mercado laboral existente en esta ciudad, cuya única salida laboral para muchos es dedicarse al mototaxi.

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Pero volviendo al relato, me instalo, me doy una ducha que bastante falta me hacía, mando señales de vida y salgo a la calle a dos cosas: sacar dinero del cajero y comer algo. Más encima llegue un domingo a Iquitos, el dia con menos actividad que te puedes imaginar. 

Iquitos en Domingo
Iquitos en Domingo

Estaba casi todo cerrado, salvo algunos bares y restoranes, pero el que busca siempre encuentra. Encontré una chifa (restoran de comida china peruanizada) en pleno centro, a un costado de la plaza Mayor (lugar donde hay prostitución a vista y paciencia de la policía local). 

Entro a la Chifa y me pido un lomo saltado, ya que estaba muerto de hambre (18 Soles/ 4,86 USD). Al probarlo, mi paladar me confirmó  que ya estaba en Perú. Fue tanta comida que sobró comida y la pude llevar hasta el hostal y lo guarde en el refrigerador para que fuese mi cena, ya que era un plato pantagruelico.

Lomo Saltado, Iquitos, Perú
Lomo Saltado, Iquitos

Caminé por el centro de la ciudad, pero estaba casi todo cerrado y como el calor pegaba fuerte, fui a dormir una siesta y en la noche fui a un supermercado local para hacerme algo de comida (donde me quedé había cocina, así que bien)

Al día siguiente, lunes, ya la ciudad era otra. Iquitos despertó del letargo que significa el fin de semana y realmente parece otra ciudad. Si el domingo andaban mototaxistas por todos lados, imaginense el lunes. Tras tomar desayuno, salgo hacia la zona del mercado Belén, el cual literalmente hay de todo. Caminé con algo de cuidado, ya que no quería perder el teléfono por segunda vez en el viaje (más allá de que fuera un Moto e15, pero lo único que me permitía filmar y mandar señales de vida). Y me encuentro con un mercado vibrante, para nada turístico que te ayuda a entender como es el estilo de vida en Iquitos.

zona del Mercado Belén, Iquitos, Perú

Como mas que nada iba a ser un viaje exploratorio, caminé por algunos pasajes y recovecos del mercado, ya que buscaba las zonas donde supuestamente venden de todo, pero tampoco me quise jugar al aventurero, ya que en primer lugar tenía con el cagazo de lo que había pasado en  Bogotá y en segundo lugar, muchos turistas no andaban  y aunque uno es latinoamericano, los locales se dan cuenta que no eres ni por asomo que eres de allí, ya sea por la vestimenta, la forma de caminar y sobre todo el acento. 

Recorro dicho mercado hasta que decido ir hacia el centro y tomar lo que llamé un "almuerzo de campeones". Me tomé un par de cervezas en el malecón que supuestamente ves el Amazonas, pero pareciera que Iquitos le diera la espalda al río. A veces en los viajes largos, hay que darse las pausas necesarias, ya que no todo es conocer y andar desesperado por ver cosas nuevas, sino que también hay que parar.

cerveza en el Malecón de Iquitos, Perú
Pausa en la ruta

Duermo una siesta y despierto tarde. Vuelvo a recorrer el Malecón y  lo encuentro con algo más de vida. Bares, cafés y una que otra tienda de artesanía, donde conviven locales, artesanos, algún gringo loco que andaba con poncho de lana puesto (tienes que estar demente para andar con eso con el calor y humedad que hay en Iquitos). 

Malecón de Iquitos
Malecón de Iquitos al atardecer

Busqué donde cenar, no me convencieron mucho los precios ni la oferta, así que me fui a un supermercado a comprar cosas para cocinarme en el hostal y me fui a dormir temprano.

Al día siguiente vuelvo a la zona del Mercado Belén,  mejor dicho al sector del Barrio Belén porque quería ver que había más allá de las tiendas y negocios. Me encuentro sin preambulos con la Iquitos cotidiana, postergada y que vive a su suerte. Camino hasta un centro médico rodeado de basura dentro de lo que en Brasil sería una favela o en Argentina una villa, pero con la particularidad de que estaba rodeada de canales cual Venecia.

Barrio Belén, Iquitos

Cerca de la clínica o puesto médico, vi al menos a un tipo bañandose en el canal y a la vista de todos, enjabonados como si nada, el cual estaba contaminado por cierto, ya que en Iquitos no hay tratamiento de aguas servidas ni cloacas...salvo el Amazonas que cumple con ese multirol de ser la cloaca a tajo abierto además de procurar el agua para las casas y el aseo. Un desastre fitosanitario a la vista de todos.
Caminé un poco más allá y veo unos niños bañanadose en los canales, como si nada, siendo el único oasis de divertimento que tienen en la marginalidad. 



Tras estar un rato en una zona que no es para nada turística, emprendí mi retorno al centro de la ciudad, donde realmente mucho no hice, ya que más encima, se largó un tormentón de esos que no dan muchas ganas de salir a la calle. Esa noche decidí cuales iban a ser los siguientes pasos: había comprado un pasaje aéreo a Lima (barato no salió por que tenía equipaje) y  me iba a quedar 4 días al menos. 
Desde Lima tenía 2 opciones para seguir el viaje: ir por Cusco hacia Bolivia para entrar por Corumbá a Brasil, o ir por Tacna hasta Chile y bajar hacia el sur, pero todo eso lo iba a decidir cuando ya estuviera en Lima. 

Al día siguiente dejaba Iquitos para ir a Lima. Tomé un moto taxi (12 Soles hasta el Aeropuerto, unos 3,38 USD), al menos unos 20 minutos de viaje desde la Plaza Sargento Lores. Llego al Aeropuerto, el cual es algo más grande que el de Tacna (ver posteo sobre ello) y aprovecho de tomar un café a un precio aceptable ya que no había tomado desayuno. 

Café en la sala de embarque, Aeropuerto de Iquitos, Perú
sala de embarque, aeropuerto de Iquitos

La mayoría de los pasajeros de los vuelos que salian en la mañana eran locales y algunos turistas. No olvidemos que la única manera de salir rápido hacia Lima es vía aérea. 

Por lancha hasta Tarapoto o Pucallpa y de ahi en bus (micro o camión) es más demorado y dependiendo de la ruta puede ser de 2 a 4 días. Ese fue el motivo de porqué me fui en avión.

abordando vuelo a Lima, aeropuerto de Iquitos

El vuelo LA2244 de Latam salió a la hora, 11:25 am, llegando a Lima cerca de las 13:00. Llegué aún a la terminal antigua del Jorge Chávez, ya que aún no inauguraban el polémico nuevo terminal. 

Había terminado mi aventura amazónica y comenzaba una nueva etapa en el viaje. Pero eso es otra historia.

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