Ya el viaje largo se estaba terminando. Había que viajar a casa, a Buenos Aires.
Con el viaje desde Puerto Iguazú hasta el Terminal de Retiro en Buenos Aires se terminaba el periplo que comenzó en Viña del Mar. 2 continentes y miles de kilómetros en aviones, trenes, ferrys y micros (buses) se estaban terminando con este último trayecto.
Tras dormir una noche en Puerto Iguazú, iba a viajar en micro ¿Porqué no en avión a Buenos Aires? Simple, ya que no tenía fecha para llegar, no tenía claro por donde iba a ingresar a la Argentina y la última parte del viaje se hizo literalmente viendo día a día, siendo la única razón de peso de no tomar un vuelo.
Pero volviendo al viaje en si mismo, sólo me quedé una noche en Puerto Iguazú y al día siguiente, tenia el viaje en micro listo. Lo había comprado unos dias antes online en Crucero del Norte, más que nada porque tenía cuotas sin interés y porque salía en un buen horario, a las 14:30 para llegar supuestamente cerca de las 09:30 del día siguiente al Terminal de Retiro, en pleno corazón de Buenos Aires.
Salía un día domingo y un día así si no vas a las Cataratas o haces algo, el día es soporifero (Foz de Iguazú es igual los domingo). Dejé el hotel a las 10 am tras desayunar, un clásico argentino que cuesta acostumbrarse cuando has estado varios meses fuera, doy una vuelta al hito de las 3 fronteras, camino un poco y después buscar las cosas para almorzar algo e ir a la Terminal.
La Terminal de Puerto Iguazú, a diferencia de la de Foz de Iguazú, está abandonada a su suerte: descuidada, algo sucia y por momentos no muy amable el entorno. Pero bueno, dije, no voy a esperar tanto rato. Pero el micro no salió a la hora, sino que media hora más tarde.
El micro de Crucero del Norte estaba bastante baqueteado, una unidad descuidada y sucia y cara para lo que costó, pero bueno, ya estaba arriba y bueno, a hacer los casi 1280 kms hasta Buenos Aires. El pasaje era mayoritariamente gente local y paraguayos, muy poco turistas y quien escribe, pero el micro no salió lleno desde Puerto Iguazú
Como todo micro que sale de Puerto Iguazú, pasa por la Ruta Nacional 12 y para en varias localidades misioneras como El Dorado, Puerto Rico o Jardín América. Durante ese recorrido por la Provincia de Misiones el micro (bus) comenzó a tener problemas con una puerta que no cerraba, pero a pesar de eso, seguimos hasta Posadas donde nos avisan que vamos a parar un rato en Garupá donde está la terminal de Crucero del Norte, donde iban a reparar el micro.
Muchos aprovecharon de comprar comida en el pequeño café que hay en el Terminal de Crucero del Norte de Garupá, ya que como es sabido, los micros en esta parte de la Argentina no paran para cenar y solo tienen una parada para desayunar en las afueras de Gualeguaychú, a unas 3 horas de Buenos Aires.
Me dije, vamos a estar largo rato acá, así que a hacerse la idea de estar varias horas, pero no, no fue así, a los 20 minutos el micro ya estaba reparado y listo para seguir viaje a Buenos Aires. Luego de ahí, tomamos la Ruta Nacional 103 para luego tomar la Ruta Nacional 14. En un punto de la carretera, nos tocó un control de la Gendarmería Nacional, donde revisaron equipajes y adivinen a quien le tocó control de equipaje exhaustivo, a quien escribe. Me bajo y tengo que reconocer que los gendarmes fueron muy amables, revisaron mi mochila grande y la chica y listo, sin problemas. Me preguntaron a que me dedicaba, les dije además de mis actividades académicas, escribo de viajes y uno de ellos me dice ¿Cómo Luisito Comunica? Le contesto: No, para nada, yo escribo y no aparezco en los vídeos que filmo, le contesté casi riendo. Listo, me despido de los gendarmes y dejamos el control para seguir camino.
A los pocos kilómetros del control de Gendarmería, paramos en medio de la ruta ya que tuvimos que recoger pasajeros de otro micro de Crucero del Norte que quedó tirado por desperfecto mecánico ¿Acaso no revisan los micros antes de salir? Si los pasajes en Argentina no son nada baratos.
Después de eso, seguimos durante toda la noche por toda la Ruta Nacional 14 hasta que llegamos a un parador cerca de Gualeguaychú, uno que tiene afuera un mate enorme y al entrar a tomar un café con leche con 2 medialunas, me sentí en una máquina del tiempo, la estética del lugar no tenía nada que ver como los paradores españoles y brasileños que me tocó ver en el viaje (además de los precios desquiciados). Había vuelto a la Argentina.
Despues de estar un rato, comenzaba el trayecto final del viaje, donde cruzamos el Puente Juan José de Urquiza que marca el límite entre las provincias de Entre Ríos y la Provincia de Buenos Aires, para posteriormente pasar por el Puente Zarate-Brazo Largo que cruza el río Paraná. Pasando este puente, Buenos Aires estaba cerca. Llegamos hasta el final de la Ruta Nacional 14 para empalmar con la Panamericana o Ruta Nacional 9 que nos llevó hasta la Terminal de Retiro, con una hora y algo mas de atraso, pero se cumplió el objetivo, se llegó a Buenos Aires y terminaba de esta forma el viaje largo. Pero cuando termina uno, siempre empieza otro.









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