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Cruzando los Alpes en tren: a Viena

Esperando tren a Viena
Tras una hora de atraso, por fin pudimos salir desde  la estación Termini y de Roma para ir a Viena. Nos subimos a uno de los trenes más largos que haya visto en mi vida, dado que los vagones estaban ordenados de acuerdo a los destinos (Suiza, Alemania, Austria), lo cual lo hacía interminable

En el caso de nosotros, caminamos hasta el final del anden  hasta llegar a nuestro vagón marcado como destino final Viena (Wien en alemán). En teoría, nuestros asientos eran de segunda clase, pero ojala dicha segunda clase la tuviéramos en América Latina, ya que eran grandes y cómodos, aunque compartíamos asientos con dos personas más, con un viejecillo italiano (el primer tano simpático de todo el viaje) que venía viajando desde Palermo y tenía como destino final, Praga en la República Checa, además de compartir viaje con una linda chica austriaca que se subió en la estación Santa María Novella, en  la primera parada que tuvo el tren desde que salió de Roma, Florencia.


Autor del blog en camino a Viena
Como todo viaje europeo en tren, nos revisan los boletos los funcionarios del país que se sale, en este caso italianos (los cuales al cruzar la frontera, serían cambiados por austriacos que hacen el mismo trabajo).

¿Que se podía decir del viaje? Lo bueno que salíamos de Italia, no tanto por que no nos haya gustado lo que vimos, sino por que para variar habíamos cambiado de planes en nuestra tournee, ya que iríamos a Europa Central y Oriental, algo que no estaba  previsto, ya que en 5 días teníamos que tomar un avión desde Venecia para Barcelona, pero bueee, sigamos camino para ver que onda es el otro lado de los Alpes. El viaje en tren fue tranquilo y sosegado, salvo en un momento cuando entraron a nuestros asientos  2 hombres muy altos, con maletas, linternas y abrigos, los cuales pensamos que eran viajeros perdidos buscando sus butacas, pero no, era el control fronterizo de la Policía  Federal austriaca, la cual mostró sus credenciales ("Polizei" "Polizei" y "Police" decían), pidiendo nuestros documentos alumbrándolos con linternas casi igual  como en las películas de nazis o de la guerra fría, pero nada, sólo fue una  revisión de rutina, en otras palabras una particular manera de decirnos welcome to Austria y tratar de seguir durmiendo!

Tren en Wien Meidling, Viena

Tras cruzar los Alpes (aunque medio dormidos) se veían paisajes similares a los que se imagina cuando por años se vio a Heidi y a la Novicia Rebelde,  llegamos a Viena, pero eso si, a una estación de trenes llamada Wien Meidling, la cual sin duda, estaba lejos del centro (lo averiguamos en una oficina de turismo que está a la salida de la estación), así que nos dirigimos para el sector de Wien Westbanhof (Estación del Oeste de Viena), el cual es una zona con hoteles y hostels, lo cual lo confirmó la encargada de turismo que estaba en la estación del metro Meidling.

Mi mujer había visto en la web un  Hostel, el Westend City Hostel, así que tomamos el metro  en dirección para allá. El metro de Viena tiene la particularidad de que no hay nadie que te vigile si pagas o no el boleto del subte (metro), pero en nuestro caso nunca tan antisociales para subir a la mala ya que sabíamos de las duras multas que se aplican en Austria a quienes no pagan su pasaje, así que compramos boletos del subte vienés en una máquina de autoservicio (no hay boleterías con personas atendiendo) comprando los más baratos, en este caso los de 1 euro, ya que simplemente pensábamos que eran los de un viaje simple (luego nos daríamos cuenta que eran para niños, perros y lisiados...ups!) pero por suerte nadie se subió a revisar los boletos de perro que traíamos, guau guau. Tras unas estaciones de viaje, llegamos a la estación del metro y tren Westbanhof  la que sin duda es una estación de diseño de vanguardia, tal vez, de las más modernas que habíamos visto hasta ese momento en nuestro periplo europeo.

Vista desde el  Westend City Hostel, Viena

Tras caminar un par de cuadras llegamos al Westend City Hostel, el cual era uno de los más limpios y ordenados que vimos en toda Europa, además, con un personal muy amable (que hablaba español) que hizo nuestra estadía muy cómoda allí. Lo bueno de todo es que ya estábamos en la ciudad de Mozart y Falco: Viena, pero lo que viene es otra historia.


Tips de viaje:

- Si se compran los boletos para viajar en tren, lo ideal es que los compres con cierta antelación (un par de meses) tanto en la página web de Trenitalia (Ferrocarriles estatales italianos) como en la de OBB (Ferrocarriles estatales austriacos), ambas tienen versión en inglés. Hay desde asientos hasta camarotes, sin duda una experiencia única.

- Lleva comida (sandwichs, galletas, agua) ya que el viaje es largo y la comida del tren no es gran cosa.

 - Pague el boleto completo en el metro de Viena, si lo pillan tendrás que pagar una fuerte multa en euros.

- El nombre de la ciudad en alemán es Wien, aunque es de uso generalizado su grafía inglesa Vienna

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