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Ruta: Viajando desde Florianopólis hasta Buenos Aires en micro (autobús)

terminando las vacaciones en Florianopólis




Aunque fue el fin de las vacaciones en Florianópolis, el viaje por tierra en micro (autobús) hacia Buenos Aires es una experiencia en si misma.

Este viaje fue hecho a principios del año 2020, cuando recién llegaban noticias de un bicho desde Wuhan, pero espero que cualquiera que lea esto le pueda servir de inspiración para pensar en una escapada o viaje pospandemia más pronto que tarde. 

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Pero volviendo al relato en si mismo, para muchos el tener que viajar los mas de 24 horas, es decir, los más de 2000 kms hasta la terminal de Retiro en Buenos Aires, puede ser hasta un verdadero suplicio, pero para quien escribe fue una gran experiencia, incluso hasta aventurera, puesto que realmente fue una especie de bonus track adicional de nuestro viaje en forma de medialuna que comenzó en Foz de Iguazú, siguió por Curitiba y terminó en Florianópolis, exactamente en Canasvieiras.
Ruta en micro (autobús) entre Florianopólis y Buenos Aires (fuente: Google y DDM)



Tras unos días en Canasvieiras, había que volver a Buenos Aires. A diferencia de nuestro viaje de ida, este iba a ser en micro, en un micro de la compañía Flecha Bus que salía desde la Rodoviaria de Florianopólis. 

¿Cómo nos íbamos desde el hotel hasta la terminal? como hacen muchos en Brasil: Uber. El viaje nos salió menos de 45 Rs (9 dólares o 1000 ars en enero de 2020), pese al infernal tráfico que hay en la costanera cercana a la Rodoviaria, lo que te recuerda que aunque sea un balneario, Florianopólis no deja de ser una urbe con todas sus virtudes y problemas.






Pese al tránsito ajetreado por la costanera, llegamos a buena hora a la Rodoviaria, donde ya se encontraba el autobús que nos llevaría a Buenos Aires, uno de la compañía Flecha Bus, en el clásico autobús argentino de 2 pisos, algo antiguo y no funcionaba el dvd....pero dentro de todo cómodo, lo que realmente importa en un viaje de mas de 2000 km. 

El micro venía desde Camboriu ya con algunos pasajeros, pero el grueso subiría acá y en la siguiente parada, Imbituba. Prácticamente todos los pasajeros eran argentinos (salvo yo que soy chileno y residente en Argentina) que volvíamos de unos días en la playa, algunos con cara larga y otros con esa melancolía brasileña, a saudade, que hace a miles volver cada año a las playas del sur de Brasil. A la hora comenzábamos a dejar la rodoviaria de Florianopólis y comenzar nuestro largo camino hacia Buenos Aires.

Dejando la Rodoviaria de Florianopólis



Apenas salimos nos dieron una colación que iba por parte de la compañía: un sandwich, galletas y jugo. Bueno, pensé, con esto habrá que darse vuelta hasta llegar a Buenos Aires. 

Mi mujer y mi suegra me decía que iba a parar dos veces para estirar los pies y comer, pero pensé, para eso puede faltar mucha ruta que recorrer todavía.




Luego de andar un buen rato por la autopista, llegamos a nuestra primera parada: la terminal rodoviaria de Imbituba, un lugar a simple vista desolado pero que en el verano también recibe una buena cantidad de visitantes argentinos, en este lugar al menos subieron unos 10 pasajeros. 

Luego de salir de Imbituba seguimos al menos un par de horas en la misma autopista hasta llegar a la localidad de Sombrio (aún seguíamos en Santa Catarina) donde tuvimos nuestra primera parada para comer, en uno de los paradores (lugares para comer donde paran autobuses) que llenan las rutas brasileñas, en el  Restaurante do Japonês (el que está al lado de un outlet), en el cual se sirve la comida cual buffet, por lo menos antes de toda esta locura del coronavirus.





Pero eso sí, la comida en estos lugares está a cargo del pasajero. Acá estuvimos cerca de una hora donde comimos algo a un precio decente para ser un restaurante en medio de la carretera, sobre todo  si se compara con los valores de sus equivalentes argentinos, los que veríamos en la mañana siguiente. 

Además de comer, muchos aprovecharon de ir a los baños del restoran  y hacer compras en el outlet que se encuentra pegado al Restaurante do Japonês

Comedor del Restaurante do Japonês


Pero la parada no iba a ser eterna, teníamos que seguir camino, así que dejamos el parador para volver a la carretera. Durante buena parte del trayecto hasta al menos unos 50 kms antes de llegar a Porto Alegre, nos tocó una fuerte tormenta, luego una suave llovizna y después como si nada, un cielo totalmente despejado casi al llegar a Porto Alegre, en otras palabras, la vida misma.

Viajando bajo la lluvia, Brasil



Como a las 8 horas de viaje llegábamos a Porto Alegre, la capital de Río Grande do Sul. No entramos a la ciudad ni mucho menos, pero ya estaba claro que desde acá dejábamos de estar cerca del mar y comenzábamos a enfilar para el este, en dirección hacia la frontera con Argentina,  la cual estaba al menos unas 8 o 9  horas de viaje desde Porto Alegre.

Bordeando Porto Alegre



Tras dejar atrás Porto Alegre, dejábamos la autopista y tomábamos la ruta BR-290, una carretera que se quedó en el tiempo y que no se encuentra en muy buen estado, pero es la principal ruta hacia Argentina y desde Argentina hacia las playas del sur de Brasil, así que pasa llena de camiones, micros y  automóviles con turistas durante el verano. Pero a cambio teníamos unas vistas hasta bucólicas de la zona, agrícola por excelencia

En algún lugar de la ruta BR 290



Sin darnos cuenta, llegó la noche y hicimos una parada en la mitad de la ruta hacia Buenos Aires, en un parador ubicado en una localidad llamada São Gabriel, en el Restaurante e Lancheria Paradouro 3. Al igual que en la tarde, en este lugar paramos más de una hora para cenar, ir al baño, comprar agua y estirar los pies.  La comida estaba bien y los precios nada del otro mundo.

Restaurante e lancheria  Paradouro 3, São Gabriel


No éramos los únicos que estábamos acá haciendo una escala técnica en este parador. La gran mayoría de los micros que van y vienen en la temporada estival, ya sean  estos charters y/o recorridos habituales paran en lugares como este, los cuales  son literalmente una postal habitual de cualquier viaje (y no sólo en verano) por todo Brasil.

Esperando seguir viaje, São Gabriel, Brasil



Salimos de acá y no pararíamos hasta cruzar la frontera, pasando el puente que divide Uruguaiana de Paso de Los Libres, ya en Argentina, como a las 3 o 4 am. Acá bajamos a hacer los trámites migratorios en una vacía aduana, los cuales fueron hechos por los chóferes del micro al pedirnos los DNI (documento nacional de identidad) de quienes estábamos viajando. Estábamos en una frontera desolada, una alegoría de lo que sería el 2020 para buena parte del mundo, pero en ese momento lo ignorábamos.

Vista del puente entre Uruguaiana y Paso de los Libres desde el lado argentino



Tras hacer los trámites migratorios, dejamos Paso de Los Libres y seguimos viaje (durmiendo claro está) por la ruta nacional 14 hasta parar ya en la mañana en el parador El Tagüe, a pasos del desvío para Gualeguaychú.  Acá se acabaron los abundantes y coloridos café da manha brasileños y volvimos al café con leche y medialunas, pero a un costo 2 o 3 veces mas caro que en Buenos Aires, pero es la única cosa que había a la redonda. El lugar tiene ese aire añejo que tienen muchos lugares en Argentina, donde parece que no cambió nada desde los años 70 u 80, ese encanto que tiene lo decadente y es tan propio de este país.

Desayunando, parador el Tagüe,  Gualeguaychú


Al igual que en los otros paradores en el Tagüe estuvimos una hora, pero estaba claro que ya estábamos bastante cerca de Buenos Aires y esta parada en cierta medida era el cierre de un largo viaje que había partido hacía 24 horas atrás. Desde acá nos quedaban 3 horas y media, con una parada en el Talar de Pacheco antes de llegar a nuestro destino final que era la Terminal de Retiro. En otras circunstancias terminábamos un viaje y ya pensábamos en otro, en marzo nos íbamos a Chile, Barcelona y Berlín, pero la pandemia sólo nos dejó estar en Chile, pero eso ya es otra historia que quedó reflejada en un posteo del blog.

Tips de viaje:

Hasta marzo del 2020, 2 compañías realizaban el viaje desde Florianopólis a Buenos Aires, JBL y Flecha Bus, con un costo cercano a los 400 Rs o a los 80 dólares (6600 ARS al cambio oficial). Tal como decíamos al comienzo del posteo, en Diciembre de 2021 Flecha Bus reestableció servicios a Florianopolis y Camboriu. Volar (vuelan Latam, Aerolíneas Argentinas, Flybondi y Gol) costaba un equivalente a  unos 350 dólares ida y vuelta en febrero de 2020, en el 2022 cuesta desde 300 USD (al cambio blue) en Flybondi 

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