Ya era mi último fin de semana en Río de Janeiro e iba a aprovecharlo.
Luego de volver del Pan de Azúcar, vuelvo al hotel, descanso un rato y decido ir hacia Lapa, ya que desde donde estaba quedándo que era en Catete, no eran tan lejos caminando, a lo sumo unas 12/14 cuadras o 2 estaciones de metro (desde Catete hasta Cinelandia) pero no es lo mismo ir de día que de noche. Pero solo me eché unos reales en efectivo, mas que nada para evitar cualquier sorpresa inesperada, siempre hay que ser precavido.
Salgo por la Rua do Catete y se nota que es viernes: gente atiborrando bares, botecos (bares tradicionales cariocas) y similares desde temprano. Pero al caminar también te encuentras con el lado B carioca: gente viviendo en la calle, algunos quemados por las drogas y otros esperando el descuido tuyo para robarte, pero bueno, hay que estar siempre precavidos.
Como decía, llegué a Lapa, que es la misma zona que está la Escadaria Selarón, pero con la particularidad de que de noche toma otro color: bares, musica, gente tomando y disfrutando de la vida, un barrio bohemio que se despierta y revela su cara alegre las noches de viernes y sábados.
Es cierto que Lapa tiene mala fama (robos, viudas negras y/o similares) pero en este tipo de lugares sólo hay que guiarse con el sentido común mas que con paranoia.
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Llego, me doy una vuelta, me siento a tomar una cerveza y de repente comienzo a conversar con locales, armándose una buena conversa de la nada con mi portugués atarzanado que duró hasta las 4 am y con muchas cervezas en el cuerpo. Más encima, no había cenado nada y apenas me paro me sentí mareado como en mi época de estudiante, para volver tome un Uber y no sé como llegué al hotel y duermo al otro dia sin mayor novedad.
Lo peor que me despierto temprano, tal vez, por el instinto de no perder el desayuno del hotel. Trato de dormir algo más, pero no, no pude ¿Que hago? Me ducho, tomo agua y decido salir a Barra de Tijuca ¿En que viajo? Fácil, en metro. Tomo el metro en Catete, con algo de resaca, viajando desde ahí hasta la última estación en dirección al sur que es Jardim Oceânico (Jardín Oceaníco)
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| Mapa del metro de Rio de Janeiro (fuente: Metrorio) |
El viaje en metro no es corto, son mas de 20 kms, pero es la mejor forma de moverse desde barrios desde Catete hasta Barra de Tijuca. Eso sí, cuando llegas a Jardim Oceânico, no te deja directamente en la playa sino que tienes que caminar unas cuadras por medio de un barrio acomodado, pero tampoco es imposible de recorrer
Tras caminar esas cuadras llegas a Barra de Tijuca, que es una larga playa que se extiende por kilómetros y que es refugio de cariocas de clase media acomodada y alta como también es la favorita de turistas, principalmente argentinos (por el contrario, los chilenos se quedan mayormente en Copacabana)
Voy a ser sincero, todo bien con Barra de Tijuca, pero no me generó nada. Linda, con una playa larga, pero no más que eso. No tiene alma, eso me pareció, más allá de que hay espacio para todos, por lo larga que es, pero no se, le faltaba algo. Si, es una opinión recontra subjetica de alguien que le gusta Copacabana.
Me mojé los pies un rato, tomé sol y mire el paisaje. Pero al rato decidi volver a tomar el metro, esta vez a Copacabana, donde pasé largo rato descansando y tomando sol, como corresponde.
Vuelvo al hotel, me baño y apenas bajó el sol,salgo de nuevo caminando para Lapa. A diferencia del viernes que tomé como cosaco (como nunca en el viaje), solo me dedique a caminar y mirar, partiendo por los bares que están en la Rua Morais y Vale esquina Joaquim Silva, muchos de estos, de una onda mas intelectual y menos masiva que los del corazón de Lapa, pero no dejan de estar buenos si quieres ver como es la onda del joven y/o adulto jóven del palo de las artes y humanidades.
Tras recorrer dichos bares, me dirigi hacia los Arcos de Lapa, comienzo a escuchar musica afrobrasileña, sigo la música y me encuentro con un ritual Umbanda dedicado a una especie de santo, Zé Pilintra, protector de los que viven en las calles como de malandrines, es un deidad a quienes muchos se encomiendan para sortear los problemas de la vida en la calle, que en Río de Janeiro puede ser muy dura. Zé Pilintra, para los lectores rioplatenses puede parecer estéticamente un compadrito, pero a diferencia de los malevos tangueros, está vestido de blanco y usa corbata roja, en claro contraste a su color de piel.
No deja de ser llamativo que en una de las ciudades más turisticas del mundo como lo es Río de Janeiro, te encuentres con esta clase de representaciones religiosas populares, que son las cosas que a Río la hacen diferente y atractiva.
Tras estar un rato mirando el ritual, camino alrededor de los Arcos de Lapa, tomo algo y a diferencia del viernes, me vuelvo al hotel caminando, ya que al día siguiente viajaba a São Paulo, pero esa es otra historia







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