Había llegado a la Terminal de Tacna y cruzo la frontera a Chile para seguir de Arica a Iquique
Llego al terminal internacional tacneño desde Lima, que está al lado del terminal terrestre nacional y al igual que la vez anterior, tomo un taxi colectivo (20 a 25 Soles o su equivalente en pesos chilenos) que hacen la ruta entre Tacna y Arica. Este sale a los pocos minutos y tomamos la ruta hacia Arica, la 5S y menos de 35 minutos habíamos llegado a Chacalluta. Cuando cruzas la frontera entre Perú y Chile no deja de llamar la atención la cantidad de migrantes que están acampando en la línea fronteriza, ya sea por que fueron expulsados de Chile y no son recibidos por Perú o simplemente esperan la noche para cruzar a Chile.
Arica: Ya estaba en Chile de nuevo
En Chacalluta, hago la salida de Perú, luego timbro el pasaporte en la entrada a Chile, luego pasar el equipaje por el scanner y listo, volver a subir al taxi colectivo para tomar destino a Arica. Llego al Terminal Internacional de Arica, cruzo la calle y tomo un taxi colectivo (1000 CLP) hasta el centro de la ciudad. Me iba a quedar en un hostal cerca del centro, un lugar mas que nada para pasar la noche, el Hostal Venecia (Baquedano 741) con baño incluido, televisión y buena señal de Wifi pero sin ventilador. Para ser Chile no está nada mal el precio, unos 15000 CLP (15 euros o 15,5 dólares). La ventaja es que quedaba a pasos del Mercado Colón, donde en sus cocinerías puedes almorzar desde 3000 CLP (3 euros o 3,3 dólares), mucho más barato que en Santiago o Valparaíso donde puede llegar el mismo plato (en este caso, una Cazuela de Vacuno) a costar 3 veces mas.
Reconozco que mucho no hice en Arica, a lo sumo descansar, mandar señales de vida, escribir y una que otra foto como la que está arriba. No más que eso. Con respecto a mi última visita, seguía igual, en ese letargo que la hace ser la hermana menor de Iquique, pero a diferencia de esta última ciudad, Arica es mucho más caminable y más segura que Iquique.
Si, algún lector chileno me dirá que el Tren de Aragua (mafia venezolana que actua en Chile) ejecutó a personas en el Cerro Chuño y hay zonas alrededor del centro de la ciudad donde hay vagos drogados durmiendo como en los alrededores de la vieja Aduana o el Parque Carlos Ibañez casi frente a la Prefectura de Carabineros, si, es cierto, pero al ser la primera lejos del centro de la ciudad y la segunda no es una zona turística, además, por donde se mueven los viajeros y turistas, ni se darán cuenta.
Al día siguiente, me levanto temprano ya que viajaba a Iquique, lugar donde me iba a quedar una noche ya que al día siguiente volaba a Santiago y Río de Janeiro. Tomo desayuno en una fuente de soda, un lugar de comida fast food tradicional arequeño, llamado Tribilín.
El local es una alegoría al personaje de Disney Goofy, que en Chile es mayormente conocido como Tribilín: carteles, muñecos y figuras del perro antropomorfo. Comí un completo italiano (hot dog chileno con palta/aguacate, tomate, mayonesa más aderezos como ketchup o mostaza) con café, que en varios lugares de Chile es Nescafé en sobre y en Tribilín no era la excepción.
Luego de desayunar, tomo un taxi colectivo hasta el Terminal Rodoviario de Arica, para abordar un bus para Iquique, 306 kms al sur de Arica. Viajo en un bus de la empresa Ciktur bastante desvencijado que iba como destino final Santiago. Por suerte viajaba solamente hasta Iquique, ya que el bus de Ciktur ni siquiera tenía cargadores USB, a lo sumo aire acondicionado y asientos reclinables para los 12000 CLP que cobraron, era demasiado para el estado del bus.
Salimos a las 10 am del Rodoviario de Arica, solo teniendo parada en el control de Cuya y en una esquina en Alto Hospicio. Por suerte pudimos pasar sin problemas por la problemática quebrada de Camarones, la cual desde 2024 se ha visto afectada por varios derrumbes, lo que ha hecho que la ruta 5 Norte se cortase más de 1 vez, quedando Arica literalmente aislada con el resto de Chile.
Llegamos al Terminal de Buses de Iquique a las 14:30 hr, tras 4 horas y media de viaje. Llego y me voy al hostal donde me iba a quedar en Iquique, Residencial La Piramide (calle Serrano 855) a pasos de la Plaza Condell y de la multitienda Ripley, una zona del centro bastante degradada, para decir lo menos. Barrio de migrantes que vienen llegando desde Venezuela, Colombia, Bolivia o Perú, mayormente ilegales, que se instalan en pensiones por los alrededores del centro.
Me quedé en la Residencial La Piramide, una por el precio (18,000 CLP la noche por habitación privada con baño, buen wifi y un vetilador chico) ideal para pasar la noche y seguir viaje. El barrio no era muy alentador, pero bueno, comi algo, caminé hacia la playa de Cavancha, donde vi algo que no había visto nunca en Chile: un tipo inyectándose heroina a vista y paciencia de todos cerca del monumento a Prat.
Me dije "ya fue Iquique. Esto es irreversible". Iquique es de esas ciudades tipo "broken dreams" es decir, mucha gente viene desde el resto de Chile como tambien inmigrantes de Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, República Dominicana y Venezuela a probar suerte, ven que la cosa no es como la pintaban y bueno, se quedaron en Iquique con los sueños rotos o los migrantes siguen viaje hacia Santiago, tal como me tocó ver en mi anterior viaje de Arica a Santiago. Además el narcotrafico y la migración ilegal han generado una serie de transtornos en espacios urbanos como Iquique, teniendo como botón de muestra el tipo inyectándose a la vista de todos.
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