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Recorriendo Rishikesh






Ya estábamos instalados en Rishikesh e íbamos a dar nuestra primera vuelta.


Para quien nunca haya estado en Rishikesh, a primera vista pareciera ser tal vez el lugar menos indio en India, siendo algo más cercano a ser una especie de enclave Occidental en las puertas del Himalaya, ya sea por la presencia de los Beatles en el ashram (existe como museo, pero son ruinas y no es barata la entrada) o por la masificación como consecuencia de las enseñanzas de Osho, Sai Baba y otros gurues populares en Occidente. 

El hecho es que en sus negocios, calles y callejones  andan como en su casa europeos, estadounidenses, australianos y japoneses, además de unos cuantos latinoamericanos, dándole un aire cosmopolita al lugar, los cuales por lo general buscan llenarse con la espiritualidad hindú y budista, ya sea haciendo yoga, siguiendo como iluminado a cuanto gurú o chanta con aires místicos que anda circulando por las calles del pueblo o algunos que simplemente se quieren desconectar por un rato de sus vidas cotidianas. 

Si, puede parecer a simple vista una colección en tiempo real de clichés del tipo new age o neo hippies, pero algo es innegable en Rishikesh es que el lugar tiene su encanto.







Pero hay que tener claro que cuando nos referimos tanto en este blog y las guías de viaje como Rishikesh, básicamente no es a la ciudad y la estación de tren que están en el valle, sino que a la zona de Tapovan y la zona del Lakshman Jhula (el puente colgante) y todo lo que lo rodea la cual queda algo alejada de la ciudad y de la estación de trenes.

Pero eso sí, el Rishikesh turístico tiene al Ganges y a las montañas como telón de fondo, siendo una vista que llama al desconectarse por un buen rato de la vida moderna.


Zonas en Rishikesh (fuente: Google Maps/Directorio de Micros)



Pero volviendo a nuestra experiencia, dejamos las cosas en el hotel para luego salir a caminar y buscar algo, pero decidimos explorar la zona del otro lado del río (nosotros nos estábamos quedando en la zona del templo), pero para ello teníamos que cruzar el puente que cruza sobre el Río Ganges, el famoso Lakhsman Jhula, el cual pasa atestado buena parte, tanto de gente que quiere pasar para el otro lado, indios que quieren sacarse la selfie como sea, occidentales y de personas locales que cruzan el puente en moto. 

Además de eso, también cruzan las vacas, las cuales por su tamaño voluminoso hacen más complicado el cruzar, junto con monos que se pasean como Pedro por su casa a través de los cables que sostienen el puente.

Puente Lakshman Jhula





Luego de poder cruzar el puente (a pesar de la gente y los monos) buscamos donde comer algo, ya que era algo tarde y no habíamos comido nada desde el desayuno. 

Pese a no ser hora de almuerzo, muchos de los lugares alrededor del puente estaban llenos de gente, pero buscando y buscando entramos un lugar llamado Café de Goa, el cual pedimos algo de comida, la cual cumplió con su objetivo de alimentarnos, pero lo mejor del lugar era que tenía una vista del Ganges, pero lo malo es que se largó a llover de una manera que no pudimos aprovechar el balcón que tiene el lugar.





Nos quedamos en el Café de Goa hasta que paró de llover y al salir de allí, salimos a dar una vuelta (ya sin las mochilas) a la zona de la estatua de la deidad Lakshman, la cual es una zona meramente comercial, llena de restoranes, tiendas y templos y estatuas religiosas hindúes, 

Ya caminar por esas pocas cuadras, ya te das cuenta de porqué Rishikesh es un imán para muchas personas de todo el mundo: pueden ser lo que no son en sus ciudades y vidas cotidianas. Se pueden desconectar de vidas estresadas, lineales y rutinarias. Puede ser un placebo, pero está claro que a muchos les hace bien estar una temporada en este lugar en India.


Turistas en las cercanías del puente Lakshman Jhula, Rishikesh




Tips de viaje:

No hay tuk tuks para cruzar el puente Lakshman Jhula, sólo se puede cruzar a pie o en moto. Por lo general pasa lleno de gente. Ármate de paciencia y cuidado con las vacas sagradas.

Comer no es caro en Rishikesh, platos de comida desde menos de 70 a 80 rupias (menos de 1 dólar).  Existe una amplia oferta y de todos los gustos. Hay restoranes de tipo occidental que venden comida cara para los cánones indios, pero económica para bolsillos occidentales e incluso para los presupuestos latinoamericanos

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