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Una primera vuelta por Palermo

Estación Palermo Centrale, Palermo

Tras un largo viaje en tren, habíamos llegado a la estación central de Palermo (en italiano Palermo Centrale).
A diferencia de la Napoli Centrale de cual habíamos salido en la mañana, esta estación de trenes era bastante pequeña y tranquila, con apenas movimiento de gente. Salimos de la estación y una cosa nos llamó la atención: Palermo era la antítesis de Nápoles al menos a simple vista. Habíamos llegado antes de las 20 horas, pero la ciudad estaba cerrando su vida pública. Negocios cerrados y poca gente, no era la locura que habíamos vivido menos de 12 horas antes. Seguimos por la Vía Roma y salvo el supermercado Lidl, todo lo demás apagaba sus luces. Apenas había gente en la calle, pero en una primera impresión parecía más ordenada, tranquila y señorial que la caótica Nápoles, pero en Sicilia como en toda Italia, las cosas no son lo que parecen.  Tras caminar por unas cuadras por la vía Roma, llegamos a nuestro alojamiento, la Casa di Anna, un B&B tranquilo, bien equipado y con una habitación bastante buena. Nos atendió el encargado, Giovanni un tipo joven tranquilo y buena onda, nos dijo las indicacaciones para entrar y salir del alojamiento, además de darnos unas botellas de 2 litros de agua, una señal inequivoca de que el agua potable palermitana no era tan potable.

Escrito en el muro de una Pizzería, Palermo



Luego de ahí, salimos a buscar a comer algo. Encontramos una pizzería abierta por la calle Vittorio Emannuele, una de los pocos lugares donde encontramos abierto (no eran más de las 20:30 horas). Luego de comer unas porciones de pizza, fuimos al supermercado que habíamos pasado antes de llegar al alojamiento,  el único en la zona cercana a la Palermo Centrale. Además de ser un supermercado, este Lidl era un punto de reunión de migrantes, básicamente africanos, usando la entrada de la tienda como espacio de interacción cotidiano. Pero más allá de los devaneos antropológicos (vicio profesional de quien escribe), aprovechamos de comprar algo de comida, ya que la pizza sólo sirvió para tranquilizar el hambre. Encontramos ensalada de papas con mayo por algo más de 1 euro, pan, jamón, tomate y vino, así que volvimos al B&B a preparar nuestra cena de viaje y dormir gracias al vino.

A la mañana siguiente, tras tomar el desayuno (incluido en el precio del B&B  ) salimos a explorar la ciudad de  una manera algo más seria. Pronto nos dimos cuenta que Palermo es una ciudad que despierta más tarde a diferencia de Roma y Nápoles. Eran cerca de las 9:30 de la mañana pero mucho seguía cerrado. Pensamos que era algún festivo religioso, pero no, la ciudad comienza a moverse recién después de las 10 de la mañana, pero ya es otra historia.



Palermo despierta




Tips:

La  Palermo Centrale, es la principal  estación de trenes de Palermo. Tiene salidas diarias a  Enna, Catania, Messina, Cefalú, Nápoles, Roma y otros destinos. Al costado funciona un terminal de autobuses con destinos dentro de Sicilia, resto de Italia y Europa. A diferencia de la Napoli Centrale, la estación Palermo Centrale tiene boleterías (taquillas) de venta de boletos (autoservicio y humana), cajeros automáticos, un Mc Donald's y no mucho más. Se encuentra enfrente de la Piazza Giulio Cesare.

Por la vía Roma, al menos cerca de la estación Palermo Centrale, sólo hay un  supermercado Lidl y un Carrefour por la vía Vittorio Emanuelle a varias cuadras, en dirección al puerto. El Lidl es bastante económico, pero algo descuidado en la presentación de los productos. Vinos y fiambres a buen precio. También venden ensaladas bastante bien surtidas.

El agua al parecer no es muy potable. Es recomendable comprar agua embotellada, la cual es bastante económica.

Después de las 21 horas, el movimiento por la Vía Roma baja bastante. Recobra actividad después de las 10 am. 

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