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El Calafate: almorzando en una cueva tehuelche (Punta Walicho)

 

Vista de El Calafate desde Punta Walicho


Esto debí haberlo escrito hace algún rato, pero más vale postearlo más tarde que nunca.  Tras visitar el Perito Moreno e ir por el día a El Chaltén, aun nos quedaba un día y medio en El Calafate. ¿Qué hacemos? 

Nos preguntamos y tras darle algo de vuelta y sacando cuentas, decidimos hacer una última excursión antes de volver a Buenos Aires. 

Cómo habíamos viajado  a fines de la temporada invernal (agosto de 2021) y aún con restricciones de pandemia, no había una amplia oferta de excursiones, pero averiguando encontramos una que nos llevaban a una cueva en un camión 4 x 4 por las orillas del lago Argentino con almuerzo incluido, aproximadamente por unos 4600 ARS por persona. Tuvimos suerte ya que nos decidimos como a las 5 pm y encontramos cupo para poder hacerla el día siguiente al medio día.

Así que por primera vez desde que estábamos en El Calafate, no nos levantamos a las 6:30 am, así que se durmió hasta mas tarde y tomamos el desayuno del hotel en el turno de las 9 am. Luego de ordenar cuentas y conectarnos un rato con el mundo, nos fuimos al hall del hotel a esperar a que nos buscaran. Como las 11:30 de la mañana nos pasaron a buscar en un camión 4x4  transformado en autobús. Quienes venían con nosotros, al igual que en el resto del viaje era totalmente turismo interno:  porteños, bonaerenses, gente de Entre Ríos, Córdoba y una chica venezolana residente.

El guía que nos tocó, era una persona mayor de 65 años muy jovial y lleno de energía, quien nos contó su propia versión de la ocupación argentina de la zona, saliendo del mitificado Perito Moreno y los relatos henchidos de patriotismo, haciendo énfasis en el exterminio de los pueblos originarios de la zona y que en una de esas, estas tierras debieron haber sido ocupadas por los chilenos ya que estaban más cerca (geográficamente en El Calafate estábamos a sólo 20 km de la frontera con Chile en línea recta hacia el sur).  

Pero este no fue el tema de la excursión, ya que se centró en los pueblos originarios, específicamente en los Aonikenk, más conocidos como Tehuelches y su estilo de vida, como también hablar de nuestro destino: Punta Walicho.

Vista del paisaje mientras andábamos a saltos en la 4x4

Mientras el guía hablaba, dejábamos la ciudad por el lado norte, bordeando el lago Argentino hasta que en un momento, el camión transformado en micro comenzó a meterse en medio de la pampa, siguiendo por un camino que es sólo para vehículos 4x4, con saltos incluidos, pero bueno, nadie se quejó ya que era parte de la aventura.

Pero en un momento, paramos en el camino para hacer una pausa en el viaje. Llegamos a una especie de mirador donde se podía ver el Lago Argentino en su esplendor. Un espectáculo único aunque andábamos muertos de frio, pero valía la pena la vista hacia el Lago



Había que seguir camino. Tras otros minutos de saltos, llegamos a una entrada de estancia. Este era nuestro destino final. 

Acá el guía veterano nos explica que donde estábamos, el sector de Punta Walicho (conocido también como las cuevas de Gualicho ) era parte de una estancia de propiedad de una antropóloga que quiso compartir con el mundo la presencia de los Tehuelches en su propiedad, convirtiéndolo en un atractivo turístico. 

Acá convengamos nunca he sido muy amigo de la privatización de los espacios de los pueblos originarios, pero como estos no tienen poder de decisión, ya que fueron exterminados, lo mínimo que se puede hacer es reconocer que pasaron cosas y que tenemos que tenerlas en cuenta para que no vuelvan a pasar. Y ahí tal vez, esté lo valioso del tour, que nos muestra los atractivos culturales y naturales de la zona, sin olvidar lo que pasó acá con los Tehuelches y otros pueblos originarios de la Patagonia, los cuales cayeron bajo las balas, el alcohol y las enfermedades de los Occidentales a fines del siglo XIX.

Luego de una explicación dada por el guía de las huellas y restos de la presencia Tehuelche en la zona, llegó lo que muchos estaban esperando; la cena en una cueva. Sí, literalmente, la principal experiencia del tour es comer dentro del mismo espacio donde comían los tehuelches, pero claro que adaptado para el viajero de comienzos del siglo XXI, es decir, calefacción y servicios pero con un toque rústico.

Cueva donde almorzamos

Y la comida?? De entrada nos dieron una sopa de verduras en jarra, la cual estaba bastante caliente para poder afrontar el clima patagónico que nos estaba dando una de esas desconocidas térmicas que te dejan turulato, pero bueno, sirvió para levantar algo la temperatura.

¿Cómo estaba? bien, justo para comenzar a ponernos en ambiente almuerzero. También había vino tinto (bastante aceptable) y jugo de naranja para los abstemios y niños. 



Y el plato de fondo? un pan relleno de estofado de cordero, claramente un plato no apto para vegetarianos ni veganos pero ideal para todos quienes estábamos ahí: una sarta de carnívoros que no dejaron ni una miga de pan ni nada del dichoso cordero.

La pinta del plato principal recordaba como estaba preparado a un goulash, pero claramente no lo era, pero estaba bastante bien de sabor y cantidad


Con respecto a la comida nada que decir, muy buena. A la experiencia, bien, no nos voló la peluca como el Glaciar Perito Moreno, pero comer en una cueva, sin duda, es algo original claramente y que si andas por allí, hazla

Tips de viaje:

La mayoría de las agencias de viaje y turismo de El Calafate ofrecen el recorrido a Punta Walicho. Dura algo así como 4 horas y no reviste mayor dificultad para personas de limitada movilidad. 

El almuerzo o cena en la cueva se ofrece todo el año, lo cual es una ventaja, dado que como decíamos muchas actividades en El Calafate son estacionales, mayoritariamente en verano.

El recorrido se ofrece tanto como almuerzo o cena tanto en temporada invernal como verano. Si vas en invierno, abrígate, sobre todo si te toca la cena.

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